Innovación  al servicio de la educación

 Liderado por el Dr. Alberto Taquini (h), el Belgrano Day School tiene el compromiso de crear un sistema educativo digital, innovador y adaptado a las necesidades del siglo XXI, donde cada estudiante sea el protagonista de su propio aprendizaje.

Cómo las herramientas digitales pueden ampliar las oportunidades del aprendiz

El BDS cree que el aprendizaje ocurre en comunidad y que cada miembro es un aprendiz activo. Por ello, gracias a las herramientas digitales, se busca crear entornos educativos personalizados que consideran las necesidades, talentos e intereses de cada individuo, fomentando su autonomía y creatividad. El  enfoque se centra en un sistema educativo global como eje fundamental, permitiendo a los estudiantes conectarse y colaborar más allá de las fronteras culturales e idiomáticas.

Belgrano Day School: un sistema educativo que mira al futuro

El Belgrano Day School ejemplifica la visión educativa de Alberto y su equipo, ubicando a la innovación digital como el corazón del proceso de aprendizaje. Aquí, los estudiantes interactúan en entornos híbridos que integran lo presencial y lo digital, aprovechando las tecnologías más avanzadas para construir una red global de conocimiento y colaboración. Esta metodología no solo enriquece la experiencia educativa, sino que también prepara a los alumnos para ser ciudadanos del mundo, capaces de adaptarse y liderar en un entorno multicultural e hiperconectado.

Educación digital para un conexión global

En la era digital, la educación no tiene límites geográficos. La incorporación de herramientas digitales redefine cómo y dónde aprendemos, potenciando el contacto global y facilitando el acceso a conocimientos y experiencias diversas. Alberto Taquini junto a su Equipo  promueve una educación continua y flexible, donde la tecnología es una aliada indispensable para conectar a los estudiantes con oportunidades internacionales y recursos educativos de alta calidad.

Innovación educativa en el Belgrano Day School: Integración de la virtualidad


Desde la llegada de internet a Argentina, el Belgrano Day School (BDS) ha sido un pionero en la incorporación de tecnologías digitales en la educación, impulsado por la visión innovadora de Alberto Taquini. Este enfoque ha transformado sus procesos pedagógicos y de gestión educativa, buscando desarrollar competencias esenciales en un mundo globalizado.

Primera etapa: Biblioteca Virtual (2003)

En los comienzos del acceso a internet en los hogares, el BDS lanzó el Proyecto Biblioteca Virtual, trasladando las computadoras del laboratorio de informática a la biblioteca. Allí, estudiantes y docentes accedían a recursos online bajo un programa de rotación semanal. Un banco de links creado por docentes y bibliotecarios, junto con asistencia en búsquedas en la web, marcó el inicio de la digitalización educativa.

Segunda etapa: Aula Virtual (2006)

La capacitación docente y la expansión de la red permitieron instalar computadoras en las aulas e implementar plataformas virtuales. Este cambio fomentó una comunidad virtual institucional, herramientas interactivas desde Jardín de Infantes, y un laboratorio móvil con netbooks itinerantes.

Etapa actual: Nuevas tecnologías e inteligencia artificial (2013-presente)

1. Bring Your Own Device to School (2014)
El programa “Trae tu propio dispositivo a la escuela” permitió integrar los dispositivos personales de los alumnos para experiencias académicas personalizadas.

2. Aprendizaje combinado (2015)
Con la plataforma Schoology, docentes y estudiantes trabajan en entornos virtuales que promueven autonomía y colaboración. Desde la educación inicial, se busca desarrollar competencias clave y habilidades digitales.

3. Dual Diploma (2013)
El programa extracurricular de Académica School permite a estudiantes obtener un bachillerato nacional y uno norteamericano, fomentando la autonomía, el manejo del tiempo y el aprendizaje multicultural.

4. Pasaporte académico (Blockchain, 2018)
Aunque discontinuado, el BDS fue pionero en usar blockchain para certificar títulos escolares. Esta visión apunta hacia un pasaporte académico que integre logros más amplios, como pasantías y actividades extracurriculares.